Hoy en día, la mayoría de botellas de plástico de agua y refrescos se fabrican de un polímero denominado polietileno tereftalato o PET. Este polímero se empezó a usar en la fabricación de botellas a partir de 1976 debido a su excelente aptitud como envase de bebidas.
Características:
– Elevado brillo y gran transparencia.
– Gran resistencia mecánica a la compresión y a las caídas.
– Conservación de las propiedades organolépticas de los alimentos (sabor y aroma).
– Excelentes propiedades barrera contra los gases (carbónico, oxígeno, etc.).
– Ligero (menor peso).
– Favorece el ahorro de recursos en su producción y distribución (ahorro energético).
– Reciclable y con posibilidad de producir envases reutilizables.
Aparte de para agua mineral y bebidas carbonatadas, las botellas de plástico PET sirven también de envase para productos como aceites de cocina, zumos, tés, bebidas isotónicas, vinos y bebidas alcohólicas, y como envase para otros productos como por ejemplo, juguetes.
Reducción del peso:
A lo largo de los años, la industria ha ido asumiendo las preocupaciones y exigencias medioambientales y ha disminuido significativamente la cantidad de material requerido para la fabricación de botellas.
Por ejemplo, una botella de plástico para agua ha disminuido su peso un 35% en las dos últimas décadas. También, hoy en día, un recipiente de 1,5 litros es manufacturado con sólo 35 gramos de material.
Aunque en España la industria del reciclado se desarrolla a partir de 1998, fue en 1977 cuando se recicló la primera botella en el planeta, convirtiéndose en base de una nueva botella. Pronto la industria de la fibra descubrió un filón en esta ‘nueva’ fuente de material y empezó a usarla para hacer textiles y alfombras. Hoy, aunque la botella para embotellar y el proceso de reciclado están creciendo, el mercado de la fibra todavía es el mayor para el PET recuperado. Y es que según Ecoembes, por ejemplo, con 40 botellas de plástico recuperadas se puede confeccionar un forro polar.
Beneficios de reciclar plástico PET
Reciclando las botellas de plástico ahorramos una buena cantidad de petróleo –una tonelada de petróleo por cada dos toneladas de plástico que se reciclen- y conseguimos un gran ahorro energético y económico, a la vez que un beneficio evidente para el medio ambiente; al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
De esta forma también reducimos la cantidad de residuos que se acumulan en los vertederos. Para que os hagáis una idea, una tonelada de plástico PET reciclado equivale al ahorro de entre 25 y 35 metros cuadrados de espacio en un vertedero, o a 3,32 toneladas de CO2 que se habría emitido de no ser por el reciclaje.
Recuerda que una vez consumido el producto por completo, se debe depositar en el contenedor amarillo, junto al resto de envases de plástico, metal y briks.