A “Juanito Plásticos”, que así le llamaban sus amigos, le encantaba rescatar y guardar todo aquello que después podría servirle para algo. No le entraba en la cabeza por qué las personas tiraban tanta basura sin pensar qué podía pasar después. Así que el día que en el colegio les comunicaron que la semana siguiente irían de excursión a conocer una planta de reciclaje, su emoción fue tan grande, que casi se cae de la silla al celebrarlo.
Ese mismo día salió corriendo del colegio hasta su casa. En la puerta le esperaba moviendo el rabo su fiel amigo Cartón, un Labrador juguetón y cariñoso con el que podía contar para todo. Entraron en casa, se sentaron al lado de la chimenea a merendar el bocata que les había preparado mamá mientras Juanito Plásticos le explicaba a Cartón dónde irían de excursión sus compañeros y él, y de tanto contar y contar… ¡tuvo una gran idea!
Esa noche lo meditó con la almohada y aclaró sus ideas anotando en su libreta todo lo que pensaba hacer y decir al día siguiente a su profesor de Naturales.
Por la mañana, con su cuaderno de notas de la mano salió corriendo después de desayunar. Cuando el profesor Ramiro entró en la clase, Juanito Plásticos se acercó a él y le mostró su cuaderno.
-Profe, desde que ayer nos dijiste donde íbamos de excursión, no he parado de darle vueltas y vueltas a la cabeza hasta pensar que, aunque no arreglemos el mundo del todo, desde el colegio y entre todos podemos colaborar para hacer que el Planeta esté más limpio y ordenado. He pensado que podemos diseñar entre todos unos contenedores donde depositemos cada deshecho. Uno será para el plástico, otro para el cartón y otro para las materias orgánicas que nos comemos en el recreo. En otro se podrán tirar las pilas y por último, y el mejor y más guay, será el contenedor de “Cosas que hoy no sirven pero que mañana serán un tesoro”. ¿Qué te parece profe?
-Me parece una gran idea Juan (porque en realidad Juanito Plásticos se llamaba Juan). Pero,… en ese contenedor de “Cosas que hoy no sirven pero que mañana serán un tesoro”, ¿qué vamos a tirar?
-Pues profe, cualquier cosa que cuando la vayas a tirar sepas que podría tener una segunda oportunidad, por ejemplo, unas tijeras que se han roto, o un sacapuntas que ya no afila o… una regla a la que se le hayan borrado los números. Seguramente con el tiempo, les demos una nueva vida.
-De acuerdo Juan, me parece una grandísima idea. Desde hoy en nuestra clase nos pondremos manos a la obra. Ve a tu sitio y vamos a comentárselo a todos tus compañeros.
– ¡A ver chicos! -dio unas palmadas para hacer callar a los chicos. Vais a hacer cinco grupos. Ahora Juan os va a explicar en qué vamos a trabajar. Y tenéis de plazo para hacerlo hasta el día de la excursión.
Y así fue, Juanito Plásticos explicó a sus compañeros en qué trabajaría cada equipo. Y lo contó todo con tanta emoción que logró contagiar a toda la clase y en una semana, como si fueran ingenieros, habían conseguido elaborar unos contenedores con sus respectivos carteles que llamarían la atención en todo el colegio. A su vez, el profe Ramiro tuvo otra idea. Instalaron los contenedores en la entrada del cole y todos los alumnos se pusieron alrededor con sonrisas divertidas y posturas graciosas para hacerse muchas fotos.
Cuando llegó el día de la excursión a la planta de reciclaje y tras disfrutar de la visita, el profe Ramiro enseñó a los encargados las fotos de los contenedores que sus alumnos habían fabricado en clase. Gustó tanto la idea en la planta que no se lo pensaron y decidieron… ¡premiarlos! Les enviaron contenedores de verdad para el colegio, y además personalizados con el nombre del cole para que pudieran continuar con su labor de ayuda y, por si esto fuera poco, les regalaron a todos los alumnos cuadernos reciclados para todo el curso. Los chicos alucinaron, nunca pensaron que unos cuadernos reciclados pudieran ser taaaaaaan molones. Y como colofón del premio… Juanito Plásticos y todos sus compañeros aparecieron en un reportaje en la revista “Cuida tu Planeta” que editaba mensualmente la planta de reciclaje con el objetivo de mentalizar a la población de la importancia de cuidar lo que nos rodea.
Juanito Plásticos todavía no lo sabía pero algún día, cuando fuera mayor y terminara sus estudios universitarios acabaría dirigiendo una planta de reciclaje como la que acababan de visitar. Y es que el planeta funciona así:
SI TÚ CUIDAS DE TU PLANETA, TU PLANETA TE DEVOLVERÁ EL FAVOR